miércoles, 27 de julio de 2016

Cómo purificar tu cuerpo y sanar tus dientes cada mañana casi sin darte cuenta

Este post es algo diferente, y es que quiero trasnmitiros un método maravilloso para purificar el cuerpo y sanar los dientes sin apenas darnos cuenta. El texto es una traducción algo libre del post de Victoria en su blog Rawexotic

Así que allá vamos:
 
Enjuagues de boca con aceite

Los enjuagues de boca con aceite son una técnica antigua ayurvédica que consiste en meterse una cucharada de aceite en la boca y hacer movimientos como de enjuague durante 20 minutos. Ésta técnica ayuda especialmente a mejorar la salud de los dientes y de la boca, pero también del resto del cuerpo, ya que sirve para eliminar toxinas a través de la mucosa bucal. Este método se usa en India desde hace siglos, y según fuentes ayurvédicas el aceite tradicional es el de sésamo, pero también se puede usar aceite de coco, de oliva o aceites con hierbas.

Antiguamente la gente no usaba cepillo ni pasta de dientes. Aunque nos parezca raro, el lavado bucal tal y como lo conocemos hoy día se introdujo en Europa en el año 1930. Sin embargo, según descubrimientos arqueológicos, nuestros antepasados tenían buenos dientes. Esto se debe por una parte a sus hábitos alimentarios: no consumían azúcar, cereales con gluten, harina blanca, pesticidas ni frutas de cultivo. Y por otro lado practicaban un cuidado bucal natural: masticaban ramitas de miswak (el árbol cepillo de dientes), además en muchas culturas el enjuague con aceite era un ritual diario.

¿Cuáles son las ventajas de los enjuagues con aceite?

  • Blanquea los dientes
  • previene y sana la caries
  • refresca el aliento
  • sana las encias sangrantes
  • refuerza los dientes que están flojos
  • disminuye el sarro
pero además tiene beneficios en otras partes del cuerpo:
  • mejora el sueño
  • disminuye la resaca
  • sana problemas de la piel (mejora el acné, la psoriasis y los eczemas)
Foto: www.rawexotic.com

¿Qué aceites se pueden usar?

La mayoría de las persona usan aceite de coco por su potente acción antibacteriana, pero también se pueden usar otros aceites, lo más importante es que sean aceites de alta calidad, ecológicos y obtenidos en frío. También se pueden alternar los aceites y así se aprovechan las ventajas de cada uno. Por ejemplo, un día aceite de coco, al día siguiente de cardo, al otro de oliva, etc.
El aceite de coco es antiséptico, el de oliva elimina el olor bucal, el de cáñamo tiene una acción terapéutica y un sabor muy agradable y el de sésamo posee una potente acción desintoxicante.

También se pueden usar aceites esenciales o con hierbas. Estos aceites tienen muchas propiedades antibacterianas, antivirales y antimicóticas (contra los hongos) y pueden aumentar la efectividad del proceso de enjuague. Además la boca absorve los aceites esenciales y el cuerpo experimenta los beneficios antioxidantes y curativos. Estos aceites pueden comprarse ya preparados o hacerlo una misma en casa.

Para el uso diario puedes añadir 3 gotitas de Wild Orange (naranja salvaje), Lemon (limón) o Peppermint (menta) al aceite que vayas a usar. Si tienes una infección o inflamación usa Clove (clavo), Cinnamon (canela) o Melaleuca (árbol del té) como una especie de remedio homeopático.


¿Cómo se hacen los enjuagues?

1. El mejor momento del día es por la mañana después de levantarnos, antes de comer o beber algo (ni siquiera agua), ya que por la noche se acumulan en la boca gran cantidad de bacterias, toxinas y gérmenes patógenos. Si no puedes hacerlo por la mañana, también es posible a otra hora del día, a ser posible antes de una comida.

2. Coge una cuchara de sopa, llénala del aceite elegido y métetela en la boca. Enjuágate la boca con el aceite, dejando que pase entre los dientes, durante 15 a 20 minutos. Absorbe, pásalo entre los dientes, mástícalo, muevélo de izquerda a derecha, de arriba abajo, y ten cuidado de no tragártelo, ya que está cargadode toxinas que seguro que no querrás tragar.
Si 20 minutos te parecen demasiado largos, aprovecha para hacerlo mientras te duchas, haces la cama, miras los emails o en el camino al trabajo (si vas en coche). Yo hago los enjuagues mientras friego los platos de la cena y preparo el desayuno, y apenas me doy cuenta de que han pasado ya los 20 minutos.

Si sientes que la boca está muy llena y quieres escupir el aceite, puedes hacerlo y tomar otra cucharada para el resto del tiempo que te quede.

3. Cuando hayan pasado los 20 minutos escupe el aceite en el cubo de la basura (no en el lavabo, ya que se el aceite se endurece y puede atorar las tuberías) y enjuágate varias veces con agua caliente o aún mejor con agua con sal. Si quieres puedes lavarte luego los dientes con una pasta natural.

4. Para obtener las ventajas del enjuague con aceite debes seguir este procedimiento con regularidad, a ser posible por la mañana. Como muy tarde empezarás a notar los primeros efectos positivos al cabo de 10 días.

Los 20 minutos son importantes, porque el aceite necesita este tiempo para entrar en los resquicios entre los dientes y las bolsas de la encía, alcanzar las bacterias escondidas allí y absorver la suciedad.


Y para terminar:

Al principio no es muy agradable meternos una cucharada de aceite en la boca cada mañana al levantarnos de la cama, pero a lo mejor te ayuda empezar con un aceite que te resulte a gradable de sabor. Si una cucharada te resulta mucho, empieza con una cucharadita de postre, y piensa en todos los beneficios que tiene para tus dientes y tu cuerpo. Al cabo de un tiempo el procedimiento se hace más agradable, el objetivo es que se convierta en una rutina como el lavarse los dientes.

Si de todas formas te das cuenta de que el enjuague con aceite no es para ti, puedes usar como alternativa aceite de coco en vez de pasta de dientes para lavarte. Simplemente introduce el cepillo en aceite de coco y límpiate después del lavado normal o incluso en vez de él. También puedes usar esta pasta de diente casera. Luego te enjuagas con agua caliente y verás lo limpios y suaves que sientes tus dientes.


viernes, 15 de julio de 2016

Mermelada de grosellas negras

Para mí antes el verano significaba playa, playa, calor, playa, amigos, playa, canciones, playa...

Desde que me fui de mi tierra malagueña apenas me doy cuenta de que es verano, y es que me falta la playa, pero a cambio hay campo, pajaritos, lagos y muchas frutitas silvestres, de esas que te encuentras paseando y son como pequeños tesoros de la naturaleza.

En mi jardín de la casa de las mariposas tengo unos groselleros yo diría que ancestrales, y cuando llego en verano están escondidos debajo de miles de plantas que no tienen nada que ver con ellos y que me recuerdan la selva.

Casi tengo que luchar a brazo partido con la guadaña
Esto está ya medio qué
Y aquí está el preciado fruto
Y más preciado es aún después de la cosecha


Bueno, pues me dejo ya de preámbulos y vamos al grano, o sea, a la mermelada (que por supuesto es sin azúcar)

Necesitamos:

750 gr grosellas negras

Lavamos las grosellas y las cocemos en una cacerola con la estevia y el xilitol hasta que se hay reducido el liquido que sueltan. 


































Debe quedar una textura espesa más o menos así:


Echamos la mermelada caliente en botes de cristal esterilizados, cerramos y ponemos los botes bocabajo para que se haga el vacío. Una vez abierto el bote conviene consumirla en el plazo de una semana, ya que si no fermenta.

Los botes podemos esterilizarlos fácilmente llenándolos de agua hirviendo (no olvidar la tapadera y el borde). Tiramos el agua y los dejamos secar bocabajo.


La mermelada de grosellas negras tiene un sabor recio que se presta muy bien para rellenar algunas tartas, como ésta (aunque ponga de arándanos se puede hacer perfectamente con grosellas) y por supuesto las tartaletitas con mermelada y queso fresco, que están de miedo en una fiesta de verano.

viernes, 1 de julio de 2016

Restaurante Maria Portuguesa en Coimbra

No sé si tomamos vacaciones para ir de viaje o vamos de viaje porque estamos en vacaciones, pero sea como sea, el caso es que a todos nos gusta ver lugares nuevos y sentir que el tiempo pasa más despacio (bueno, quizás no a todos, pero a mí sí, al menos de vez en cuando).

Y para todos los que también deseéis sentir que el tiempo pasa más despacio os recomiendo viajar a Portugal (no es necesario ir a paises lejanos). Allí el reloj va más lento, o quizás no sea el reloj, sino la gente. Todos tienen tiempo y se lo toman para disfrutar y para darlo en forma de amabilidad. 


Una de las ciudades de las que guardo un especial recuerdo es Coimbra, y en ella el restaurante Maria Portuguesa. 
Está en la Rua Joaquim António de Aguiar, n°128
Horario de 11 de la mañana a 12 de la noche. 
Teléfono: +351 925 344 924
No se trata de un restaurante vegano, ni siquiera vegetariano, pero sí con buenas opciones para ambos.


En realidad no teníamos intención de comer ese día en un restaurante, pero cuando eres vegana y yendo por la calle de pronto ves este cartel (y encima tienes hambrecilla porque son las 4 de la tarde y te has tirado todo el día literalmente para arriba y para abajo):


y además te sale a la puerta del local una mujer regordeta tarareando fados e invitándote a entrar en un local sumamente entrañable y que promete ser incluso divertido, pues al final vas y entras.


El restaurante es pequeñito (creo que sólo tenía 5 mesas), y a esa hora éramos los únicos clientes, con lo que la mujer regordeta (que al final resultó que no era Maria) se esmeró para hacernos unos platillos sencillos pero muy sabrosos:

Tornillos de pasta con champiñones, bechamel y semillas de linaza, pipas de girasol y de calabaza
Champiñones rellenos de cosas ricas
Todo eso acompañado de buena conversación (en una mezcla de portugués, español e inglés), risas y música de fados. Y al final una copita de un licor de la casa como regalo de cortesía.

Si váis por Coimbra merece a pena pasarse por allí, aunque sólo sea por la simpatía de la mujer de los fados.