miércoles, 21 de agosto de 2013

Seitán con piña y bolitas de polenta (incluye versión para celíacos)

El otro día me vi de nuevo ante el reto de ofrecer una comida vegana a personas no veganas. Es algo que me encanta. Me inflo de trabajar, pero lo hago con gusto y ganas, y luego queda esa satisfacción de que todo está riquísimo, y la gente queda satisfecha (y yo por doble☺).

Bueno, pues entre otras cosas puse un guiso de seitán con piña acompañado de bolitas de polenta.




Otro día os daré la receta del brazo de gitano que se ve al fondo...














Varios trozos grandes de seitán (aprox. medio kilo)
1 vaso de vino dulce
Harina
100 gr de pasas de Corinto
15–20 almendras
1 lata mediana de piña en su jugo
80 gr de dátiles sin hueso (si no tenéis dátiles no importa)
1 cebolla pequeña
Sal y pimienta
Aceite de girasol

Ponemos en remojo las pasas y los dátiles deshuesados.

Escaldamos las almendras en agua hirviendo y les quitamos la piel (cuidado de no meter las manos en el agua hirviendo,¡que quema!) y luego las freímos con un poquito de aceite.

Partimos el seitan en trozos, lo salamos, lo enharinamos y lo freímos dándole un color doradito. Como no tenía seitán lo hice con bolitas de soja texturizada que cocí previamente en caldo vegetal con un chorrito de salsa de soja y luego las freí directamente. Esta versión es apta para celíacos, al sustituir el seitán por soja texturizada.

Luego picamos la cebolla y la rehogamos a fuego medio hasta que quede transparente. Ponemos el seitán en una cacerola y le añadimos la cebolla, las almendras fritas enteras, el vino dulce, las pasas, los dátiles deshuesados y la piña en su jugo cortada a trocitos.

Sazonamos con sal y pimienta y ponemos todo a cocer durante 20 minutos. Después sacamos una parte de las pasas, dátiles, piña y almendras y lo pasamos por la batidora con un poco del caldo. Añadimos la salsa al seitán y damos un hervor. Se nos queda muy líquido diluimos una cucharada de Maizena en un poco de agua y se lo agregamos a la salsa removiendo un poco. Si por lo contrario nos quedara demasiado espeso, le añadimos un poco de agua.

Para la guarnición de bolitas de polenta:
(hoy no os podréis quejar, eh?, que la receta va como en las rebajas, 2 x 1)

Ingredientes:          250 ml caldo vegetal
                            125 gr polenta
                            1 cucharada de margarina vegana
                            1 pizca de nuez moscada
                            1 cucharada de harina de soja (diluida en 3 cucharadas de agua)
                            1 – 2 cucharadas de pan rallado
                            Sal

Ponemos a hervir el caldo vegetal con la nuez moscada. Cuando rompa a hervir, bajamos el fuego y vamos añadiendo la polenta poco a poco removiendo con unas varillas. Luego lo dejamos reposar durante 10 minutos. Por último agregamos la margarina, y después de removerlo ponemos la polenta en un plato llano para que se enfríe.

A continuación añadimos la harina de soja disuelta en agua y el pan rallado, lo trabajamos con las manos y formamos bolitas. Para que no se nos pegue la masa a las manos nos las mojamos antes de hacer las bolitas.

Luego ponemos a hervir agua con sal en una cacerola grande. Poco antes de que empiece a hervir bajamos el fuego y metemos las bolitas en el agua. Las dejamos unos 6 a 8 minutos. Estarán listas cuando suban a la superficie y floten. Las sacamos con cuidado y las servimos como guarnición.

¡Buen provecho!



jueves, 15 de agosto de 2013

Levedad y fuerza

Pues sí, esta mariposa es liviana y sutil, casi transparente, pasando por la vida sin llamar la atención. Y precisamente eso es lo que me atrae de ella, porque en ese ser casi invisible hay mucha fuerza. 


 Pintando esta mariposa me he dado cuenta de que lo más simple es a veces lo más complicado.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Tarta de cerezas

Hace unas semanas nos dijo una vecina que si nos gustan las cerezas podíamos coger todas las quisiéramos de sus árboles. Ni cortos ni perezosos allá que nos fuimos a coger cerezas. Volvimos a casa con tres bolsas enormes llenas, y ¡milagro! el árbol se quedó casi igual que al principio.


Por la noche se debieron de multiplicar, porque al día siguiente había cerezas por todas partes. Dios mío, ¡¿qué hacer?! Decidí ponerme a dieta de cerezas, congelé varias bolsas, hice mermelada y por último preparé esta tarta tan refrescante y decorativa.


250 gr harina integral de espelta
70 gr aceite de girasol
Esencia de vainilla
Estevia *
200 ml leche de soja
1 sobrecito de levadura
1 pizca de sal 
1½ sobres de flan de vainilla
500 ml de leche de soja
½ kg de cerezas
1 cucharadita rasa de agar-agar 

 * Para rectificar el dulzor ver aquí

Para empezar tendremos que quitarle el hueso a las cerezas. Es lo más rollo de toda la receta.

Luego encendemos el horno a 180°C y preparamos un bizcocho base. Mezclamos la harina con la levadura, 3 puntitas de cuchillo de estevia, la vainilla y la sal. Añadimos el aceite, mezclamos un poco y agregamos la leche de soja. Batimos todo bien y extendemos la masa en un molde redondo de unos 26 cm Ø previamente engrasado y enharimado. Subimos un poco los bordes para que nos quepa el relleno.

Metemos el bizcocho en el horno precalentado a 180° y dejamos que se haga durante unos 20 minutos, hasta que tome un color doradito.

Cuando esté listo el bizcocho preparamos la crema con el flan en polvo, 500 ml de leche de soja y 2 puntitas de cuchillo de estevia. El truco para que la crema quede suave y sin grumos es mezclar el flan en polvo y la estevia con una parte de la leche de soja (unos 150 ml), poner el resto a cocer, y cuando empiece a subir retirar el cacillo del fuego, verter la mezcla de flan y remover bien con unas varillas. Luego ponemos de nuevo el cacillo sobre el fuego y seguimos removiendo hasta que la crema espese un poco. Si espesa demasiado podemos añadir un poquito de leche de soja, pero con cuidado de que no nos quede demasiado líquido. A continuación extendemos inmediatamente la crema sobre el bizcocho y colocamos las cerezas por toda la superficie.

Por último preparamos el toque final para darle una apariencia brillante. Mezclamos 150 ml de agua, una puntita de cuchillo de estevia y una cucharadita rasa de agar-agar. Con el agar-agar debemos ser un poco rácanos, ya que si no nos saldrá demasiado duro. Preparamos la mezcla siguiendo las instrucciones del paquete (cada fabricante es un poco diferente) y lo extendemos cuidadosamente sobre el bizcocho con las cerezas cuidando de que llegue a todos los rincones. Como el agar-agar solidifica con el frío tendremos que meter la tarta en la nevera durante un rato antes de comerla.


Por cierto, que esta tarta la podéis hacer con todo tipo de frutas. Siempre queda muy rica y es muy socorrida para llevar a fiestas o cuando tenemos invitados.

viernes, 2 de agosto de 2013

"Cafe/Bar/Restaurant Großstadt" en Lindau (Alemania)

Como estamos en tiempo de vacaciones a lo mejor os apetece (y lo hacéis, que apetecer seguro que os apetece si os gustan los viajes) daros una vuelta por el lago de Constanza (Bodensee) en Alemania. No debéis dejar de ir a Lindau, una ciudad preciosa situada en una isla. 
 
Es una ciudad muy bonita, incluso estando nublado

Y como seguro que os entra hambrecilla os recomiendo que os paséis por el Cafe/Bar/Restaurant Großstadt en In der Grub 27. Está en una zona peatonal y tranquila con mesas en la calle. Abierto todo el día a partir de las 9.


Se trata de un pequeño restaurante/bar convencional, pero con la agradable sorpresa de que tienen una carta con dos páginas de platos exclusivamente veganos.


Las porciones son grandes, de sabor muy rico y a un precio razonable.

Wrap con tofu y rúcola

Bagels (las patatas fritas se les quemaron un poco)

Currywurst (o sea, salchichas de tofu con salsa al curry)