martes, 14 de mayo de 2013

Pastelón con caracoles de chocolate y avellanas

Aquí tenemos un auténtico pastelón decorativo y super rico.


Para hacerlo necesitamos algo de tiempo, ya que hay que dejarlo subir. Vale, pues manos a la obra.
 
Masa de levadura:         
600 gr harina integral de espelta
300 ml leche de soja
3 puntitas de cuchillo de estevia
1/2 paquetito de levadura de panadería en polvo o
20gr de levadura fresca
1/2 paquetito de levadura en polvo
2 cucharadas de aceite de girasol
1 pizca de sal

Crema de chocolate:     
1 tableta de chocolate negro sin azúcar (ca. 125 gr)
150 gr avellanas molidas
100 gr margarina
50 ml leche de soja
1 puntita de cuchillo de estevia *

* Para rectificar el dulzor ver aquí

Para hacer la masa de levadura calentamos un poco la leche (sólo hasta que esté tíbia) y la mezclamos con el resto de los ingredientes (¡cuidado!, no rectifiquéis el dulzor con xilitol porque entonces la masa no subirá). Amasamos unos minutos con energía hasta que al empujar un poco con el dedo la masa vuelve a "su ser". Ponemos la masa en un bol grande, lo tapamos (yo suelo meterlo en una bolsa de plástico) y lo ponemos en un lugar cálido durante una hora para que suba la masa.

Mientras tanto preparamos la crema de chocolate. Llenamos una cacelora con agua hasta la mitad y la ponemos a hervir. En otra cacerolita más pequeña echamos el chocolate partido y la margarina, y lo dejamos derretir al baño maría (o sea dentro de la cacerola con agua hirviendo, procurando que no entre agua en la cacerolita con chocolate). Cuando esté derretido añadimos la leche de soja y la estevia. Removemos bien y lo dejamos enfriar un poco antes de agregar las avellanas.

Engrasamos y enharinamos un molde redondo de unos 30 cm Ø.

Una vez que haya subido la masa la extiramos con un rodillo sobre un paño de cocina limpio y enharinado un poco previamente. Debe quedarnos un rectángulo grande y no muy gordo. Extendemos la crema de chocolate sobre la masa y la enrollamos cuidadosamente. Con un cuchillo grande y afilado cortamos con mucho cudado rodajas de masa de unos dos dedos de grosor y vamos colocando los caracoles en el molde, empezando por el centro. Luego ponemos a subir de nuevo el pastel en un sitio cálido durante media hora (igual que hemos hecho antes con la masa).

Por último metemos el pastel en el horno precalentado a 200° durante aproximadamente media hora. Debe quedarnos doradito pero cuidando que no se queme.

Podeis disfrutarlo con una buena taza de chocolate caliente o un té yogui.

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